
Cuando me dijeron que Asturias era una región de leyendas, mitologías, y seres fantásticos, no podía ni por asomo imaginarme qué de cierto tenía. Sin duda la imaginación popular podía, con el paso del tiempo, tranformar montañas, cuevas, animales o árboles, en lugares o seres fabulosos y sobrenaturales...Pero la mitología y las leyendas no son más que cuentos inventados para asustar y domeñar conciencias débiles, luego para someter la rebeldía de los niños, y después para dar nombre a los conflictos del subconsciente. O eso pensaba.
Sabía que en Asturias habían xanes y trasgus, y cuelebres y el nuberus, y más, muchos más, pero cuando vi aquel demonio en las cercanías de Cangas, tan real y próximo, tan hermoso en su concreción y tan terrible en su concepción, creí al fin en todo lo imaginado.
¿Quién guardará ahora las puertas del Hades?
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